domingo, 7 de marzo de 2010

Bandas Militares


La historia de las Bandas Militares del Ejército Argentino, tiene su origen en las denominadas charangas y bandas de música de la época anterior a nuestra emancipación, pudiendo decirse que las Bandas Militares siempre acompañaron a los hombres de armas, al principio lo hacían con pífanos y tambores, después con el instrumental de cada época, estimulando y elevando su espíritu y proyectando a la población el vibrante ritmo de la música militar. Al respecto se señala que en el año 1768, ya existía en el Cuerpo de Caballería Provincial de Buenos Aires, una banda de trompas de veinticinco ejecutantes. Posteriormente, en la época del Virreynato del Río de la Plata, los Cuerpos de Infantería tenían su banda de música, pudiendo acotarse que en la revista realizada por Santiago de Liniers el 15 de enero de 1807, actuaron cien tambores con “brillantes bandas de música”.
Al crearse el Ejército Argentino sobre la base de los Cuerpos ya existentes, las bandas de las Unidades peninsulares pasaron a formar parte del nuevo Ejército.

Como antecedentes se puede decir que en el movimiento revolucionario del 5 y 6 de abril de 1811, los Cuerpos de Patricios, Arribeños y Morenos, Artillería, Húsares y Granaderos, salieron en armas de sus cuarteles y a tambor batiente se unieron a los revolucionarios, luego el sonido de sus bandas de música anunciaban su incorporación al pueblo.

Mas tarde y por decreto del 2 de diciembre de 1811, se establece la Planta Orgánica de los Regimientos 1, 2, 3 y 5 designándose únicamente un tambor mayor y dos tambores de órdenes para la Plana Mayor del Regimiento y dos tambores y un pífano para cada una de las doce Compañías del Cuerpo, (total por Unidades: 39 músicos).

Por decreto del 8 de noviembre de 1814, se creó el Regimiento 11 de Infantería, “bajo el pie y número en que se hallaban establecidos los demás del Ejército”, al cual el patriota mendocino Don Rafael Vargas, puso a disposición del Organizador del Ejército de Los Andes una banda de música compuesta por dieciséis ejecutantes, la que fue, juntamente con la reclutada en las provincias de Cuyo por el Mayor D Lucio N Mansilla, destinada a dicho Regimiento, entendiendo que, si San Martín, acepto la bandas de música, fue por que en las otras Unidades también existían y, además por conocer el importante influjo que la música ejerce sobre el Soldado.

Siendo oportuno destacar también que, la organización de las bandas de música para los distintos Cuerpos creados por la Junta, tropezó con muchas y serias dificultades, pero no por la falta de integrantes ya que desde la época colonial, existía la Academia de Música Instrumental dirigida por el maestro Víctor de la Prada, sino por la falta de instrumentos, hecho comprobado por la carta de fecha 18 de noviembre de 1816 que Pueyrredón le dirige a San Martín, en la que le comunicaba el envío de los dos únicos clarines que se habían conseguido.

Desde 1810 hasta 1860, las distintas bandas de música que existieron, no tuvieron una organización técnica estable. Recién entre los años 1865 a 1870 y, por decreto de fecha 30 de abril de 1865, expedido por el Presidente Mitre, se dispone la formación de una banda de música en cada uno de los Regimientos de la Guardia Nacional, unificando sus efectivos.

Con la Creación de la Inspección General de Bandas el 28 de octubre de 1895, nombrándose Inspector General de Bandas al Teniente Coronel D Saturnino Filomeno Berón, comienza la estructuración de nuevas bandas de música con una organización técnica de acuerdo a las reales necesidades de la Institución.

A partir de entonces y con el correr del tiempo, las bandas de música se han ido modificando y evolucionando según las formaciones de los conjuntos bandísticos tradicionales y mundiales, hasta hoy, que las encontramos constituidas con el instrumental de acuerdo con organizaciones técnicas actualizadas. De esta forma, la institución cuenta con medio poderoso para estimular y mantener la moral de la tropa, como así también proporcionar un mayor brillo y marcialidad a las ceremonias, formaciones y desfiles militares.

Además y dentro del Plan de Extensión Cultural que desarrolla el Ejército hacia la comunidad, realizan audiciones didácticas en escuelas, conciertos y/o retretas en teatros, plaza, parques, hospitales, etc., constituyéndose así, en un medio activo de penetración sicológica en la comunidad civil, como así también en un eficiente nexo de unión artísticos – musical – patriótico, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas.

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